El Estrés y el Masaje



Podemos definir el estrés como una reacción normal del cuerpo frente a una situación amenazante. Esta forma de estrés no afecta la salud, sino que ayuda a preparar el organismo para defenderse del peligro.
Pero la vida moderna expone a la mayoría de las personas a continuos desafíos que le provocan estrés crónico, un estado permanente de alarma que produce alteraciones funcionales y orgánicas.
El estrés puede provocar:
Angustia: es un estado emocional caracterizado por ansiedad, un temor exagerado y una incapacidad para manejar algunas situaciones. Se puede llegar a manifestar con ataques de pánico (terror irracional y abrumador) o episodios de miedo intenso, los cuales son frecuentes y repentinos. Este padecimiento puede reducir de manera considerable la productividad y calidad de vida de un individuo.
Insomnio: Las perturbaciones del sueño son uno de los síntomas más comunes de estrés y son difíciles de controlar. La más común de estas perturbaciones es el insomnio inducido por la tensión.
Depresión: El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual.
Podemos clasificar los síntomas del estrés según sean subjetivos u objetivos, físicos o mentales:
  • Subjetivos: ansiedad, depresión, agresividad, alteraciones del sueño, etc.
  • Objetivos: enfermedades relacionadas al sistema corporal directamente.
  • Mentales: tensión, irritabilidad, problemas de concentración, cansancio excesivo, problemas de sueño, preocupación, tristeza.
  • Físicos: boca seca, aumento de la frecuencia cardiaca, malestar estomacal, dolor de espalda, tensión muscular que puede causar contracturas y dolor, mareos, problemas para respirar.
El estrés se manifiesta generalmente en tres etapas:  la primera es una de alarma que se expresa por medio de tensión muscular.  La segunda es de resistencia, manifestada por ansiedad, tensión, fatiga y finalmente si la tensión persiste, viene la etapa de agotamiento, en donde el organismo empieza a presentar síntomas corporales como presión alta, ùlceras, cefaleas y diversos cuadros que involucran todo el organismo.

El estrés, sin embargo, es parte inevitable del siglo XXI, por lo que no sorprende que los masajes gocen de más popularidad que nunca.

Los masajes están básicamente diseñados para dos funciones específicas —la relajación y el tratamiento del dolor— también son beneficiosos para el cuerpo a nivel físico, emocional y mental. Físicamente, la terapia de masajes puede reducir los espasmos musculares y la tensión, aumentar la flexibilidad de las articulaciones, promover una respiración más profunda y fácil, reducir la presión arterial, mejorar la postura, favorecer la salud de la piel y, en casos de lesiones, reducir el dolor, la hinchazón y la formación de cicatrices. Algunos masajes pueden incluso aliviar enfermedades y síntomas, al menos temporalmente.


A un nivel más espiritual, una sesión de masajes puede obrar maravillas en la mente: reduce la tensión mental, aumenta la habilidad para reconocer las señales del estrés y aumenta la capacidad para pensar con claridad. Y por si todo eso fuera poco, los masajes son maravillosos para insuflar un estado general de bienestar porque muchas técnicas favorecen la secrección de endorfinas y mejorar la autoimagen.
En resumen:

Las múltiples tensiones de la vida diaria y todo el conjunto de preocupaciones del que pueden verse acompañadas provocan un determinado grado de tensión psíquica frente a la cual cada persona reacciona de forma diferente. Esta hiperactividad cerebral y emocional tiene sus consecuencias en nuestro cuerpo, que puede responder a las mismas por medio de múltiples manifestaciones no deseadas.

La manifestación más frecuente es, sin duda, la sensación de incomodidad unida a una tensión muscular duradera, a veces agravada por tensiones físicas, como el mantenimiento prolongado de posturas no adecuadas para el bienestar de nuestro organismo. Durante estos episodios de estrés, resulta difícil relajarse; los músculos están constantemente demasiado tensos, lo cual provoca sensaciones muy incómodas o incluso dolorosas.


En tal situación, el Masaje anti-stress brinda la posibilidad de reducir las tensiones musculares gracias a una estimulación de bajas frecuencias que tiene un efecto relajante. Este masaje permite eliminar las sensaciones desagradables provocadas por una situación de estrés y conseguir un efecto de relajación y recuperación del estado de bienestar.


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